Palantelén está situado en campos provenientes de la familia Cobo, siendo su primer propietaria Doña Josefa Lavalle de Cobo, hermana del Gral. Juan Galo Lavalle.
En 1821 Josefa hereda de su primer marido, Saenz Valiente, campos en la costa y es su segundo marido, Juan Francisco Cobo, quien agranda sus propiedades llegando a tener 60.000 Hectáreas que abarcaban desde donde hoy es San Bernardo hasta el Partido de Pinamar y desde el Océano Atlántico hasta la laguna "La Salada".
En 1895, un nieto de Josefa, Rafael Cobo, permite a su arrendatario la construcción de una cabaña de madera frente al barco encallado en sus costas 4 años antes. Dicha embarcación era el “Anna”, velero alemán de 2 palos, proveniente de Hamburgo, Alemania. Cuando encalla el Anna, el lugar era inhóspito y salvaje, rodadeado de hectáreas de médanos. Los tripulantes fueron auxiliados por el personal del "Centinela", que era el campo madre y es allí donde descansaron los náufragos. Cuenta la historia que al día siguiente, el Capitán decide rescatar su barco y muere ahogado en el intento.
Recién en 1925, Javier Celestino Rosas y su mujer Lilí Cobo, deciden arreglar la precaria cabaña para pasar los veraneos en la costa. Allí se instala la familia y la llamaron PALANTELEN, que significa reunión de gente alrededor del árbol. Son ellos quienes plantan cada una de las especies existentes en el parque.
Sus actuales dueños son Diego Ramos Mejía (nieto de Isaías Ramos Mejía y María Lía Cobo) y su esposa Maria Laura Viñales.
En 1995 deciden embotellar el agua mineral que desde la época de los abuelos se sabía de su existencia. La llaman "Rincón de Cobo" (nombre de la estancia de los Ramos Mejía) y se distribuye a todo el pais.
Desde Buenos Aires, se toma la Ruta 2 hasta Dolores y desde allí el empalme a la Ruta 11 (Interbalnearia) hasta el Km. 360.
La casa es una de las más antiguas de la zona, inmersa en los humedales de la costa, rodeada de una belleza natural inmejorable donde Usted podrá disfrutar de un día de campo y mar diferente: almuerzo, té, cabalgatas, avistaje de pájaros, excursión a los médanos del faro o elegir quedarse a dormir y compartir historias de naufragios y de los pioneros de la región.